PENSANDO

me senté tímidamente cerca de la ventana, no quería ser vista por nadie a aquella hora del atardecer, sentía un extraño vacio que me hacia huir de la luz naranja del sol, a aquella hora donde todo parece morir en vez de nacer, me senté en la silla que había acomodado poco antes frente a la gran ventana, aunque la vista era hermosa, no había mas que arena y el mar no muy lejos de mi vista, podía oír el ir y venir de las olas saladas, la brisa que me golpeaba en la cara y me hacia recordar la extraña melancolía que me atormentaba en aquel momento de silencio y soledad, ¿que hacer? ¿me dejo llevar por esta tristeza extraña que todavía no se reconocer?...o ¿comienzo a pretender que no la siento con la esperanza de un día descubrir que verdaderamente ya no la siento?



Entonces escuche una voz extraña detrás de mi, que me invitaba a hacerlo, me aconsejaba ya no luchar más, ¿qué importa si así era, que importa? si se trata de una esperanza ya muerta, no había forma de revivirla una vez más, ¿que importaba? si se trataba de mi propio deseo de vivir, de mi sonrisa que se extinguía, de mi felicidad que se escapaba, de algo que todavía no podía descifrar pero que me desgarraba al despegarse de mí.


Entonces sentí correr por mis mejillas cálidas lágrimas guardadas en la memoria, de todas esas cosas acumuladas que alimentaban mi vacio.


Y en el silencio de mis gemidos ahogados, de mis lágrimas secas y vueltas a mojar escuche otra voz, más cálida, mas familiar, más dulce aunque mas débil


- ¡no!, ¡no te rindas!, no puedes dejar morir lo que aun vive, la esperanza nunca muere, tan solo se debilita, la alegría igual pierde fuerza si te dejas llevar por consejos como esos, la felicidad llama mas felicidad, y si no la retienes ella de todos modos no se ira del todo, espera por ti, porque quieras darte cuenta que redundar en pensamientos tan negros, no te hará ver colores, respira, llora hasta llegar hasta el final, y cuando te sientas más liviana, levanta de nuevo el rostro y veraz como encontraras en cada cosa que veas un motivo para regocijarte. Descubrirás que hay mas, que aun hay cosas que hacer, que aun hay motivos para sonreírte, aunque sea de tu misma ignorancia, aunque sea de tus mismas caídas, siempre ten presente que una sonrisa siempre es el mejor comienzo para dejar atrás ese vacío.






después de un rato, abrí los ojos un poco hinchados de tanto llorar, limpie con suavidad la humedad en mis mejillas y descubrí que el sol ya nos había abandonado, en su lugar estaba el cielo estrellado, adornado en el centro con una hermosa media luna que de algún modo atraía mi mirada, su tenue luz me ilumino el rostro, y pude ver que tenia razón, aquella escena, aquella hora, aquel lugar, eran los testigos de un hermoso recuerdo que atesoraba con locura, el recuerdo de aquella primera vez, un recuerdo que parecía recrearse ante mis ojos, como si lo estuviera viviendo de nuevo.


Sonreí, y redescubrí que la tristeza es tan pasajera, como lo es la misma alegría. Descubrí que eran hermanas, las dos caras de una misma monedas, que no podían separarse pero que no podían estar nunca juntas de un mismo lado, que cuando una se iba la otra llegaba a ocupar en ciertas ocasiones el lugar de la otra con la misma intensidad, pero que solo yo podía dejarlas o no entrar.


Fenixlit