LAS CRONICAS DE UN DOMINGO



la ventana se abría y se cerraba como si un espíritu travieso estuviera jugando con su mecanismo, y aunque intente dejarla abierta o terminarla de cerrar era como si nada hubiera intervenido, no podía tocarla, mis manos la atravesaban  y aunque sabia porque aun así lo intente hasta que me canse, los espíritus no tienen poder o influencia en este mundo físico, eso se pierde junto con el cuerpo, era algo que sabía, lo  gracioso era que no estaba muerto, estaba vivo solo que no sabía dónde, me encontraba confundido y en aquella habitación tan familiar para mí  me sentía seguro, todo estaba ordenado, la mesa con la computadora estaba en el lugar que sentía que debía de estar, la cama estaba arreglada , la mesita de noche no parecía tener nada fuera de lugar, en el piso la alfombra polvorienta esperaba ser pisada frente a la cama, la silla de escritorio parecía estar un poco salida y allí me acomode, las cosas parecían en su lugar excepto yo y la ventana que no dejaba de traquetear  una y otra vez sobre sí misma, yo por otra parte no paraba de sentir que debía de estar en otro lugar en aquel momento.

de pronto comenzó a dolerme la cabeza, ¿como era posible que a un espíritu le doliera la cabeza?, de pronto iba y venia y de alguna forma extraña el dolor se acompaso con el sonido de la ventana, ¿que se supone que tenga que hacer aqui? me pregunte, y entonces comencé a recorrer la habitación  con mis intocables manos, y descubrí en el escritorio una fotografía, ¿quien será?,  y la preguntaba me rebotaba como si la respuesta estuviera en la punta de mi lengua, en la foto había un muchacho muy parecido a mi junto  a una joven de cabellos castaños que lo abrasaba al igual que el a ella, parecían compenetrados mirándose el uno al otro, como si la foto hubiera sido tomada sin el consentimiento de ninguno de los dos, estaban según parecían en algún lugar similar a un rio, entonces seguí recorriendo la habitación,  encontré algo fuera de lugar, un pequeño papel con un numero de teléfono debajo de la mesita de noche, al parecer la brisa le había hecho el favor de llevarlo hasta allí, el numero solo estaba identificado con una D, y aunque intente descubrir que quería decir no pude sentir nada mas que no fuese que ya lo sabía o debería de saber. De pronto el dolor se hizo insoportable y cerré los ojos por culpa del dolor, y al abrirlos de nuevo la luz me cegaba sentía que los ojos se me explotaban, y entonces de la luz salió la cara agitada de una muchacha que en aquel momento no reconocí, hasta que recordé el sueno, que acababa de tener, era la misma muchacha, ¡era Danna,!

- kiriakí! ¿estas bien?... ¡te has caído de la azotea!
- me duele la cabeza- me queje, Danna me miro y aunque aun estaba asustada no pudo contener la risa- por Dios! si que eres excentrico te caes del tejado y ¿lo unico que te duele es la cabeza?
- jajaj pues por ahora es lo unico- y con su ayuda terminamos el domingo en el hospital asegurandonos de que no me parti el craneo  aquella vez, de lo muchos domingos que recuerdo ese fue el que mas me gusto 

Fenixlit

Comentarios

  1. Es una historia real? O: vaya! Me gustó mucho!
    Si es real, ten más cuidado! Haha un saludo :)

    xo

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  2. Jeje Princess Yuni, bueno, podria decir que ese muchacho es bastante optimista... luego de tremenda caida, decir que solo le duele la cabeza? jejej... me gusto la historia :)... parece unos de esos cuentos, que se hechan cuando hay reuniones familiares :)... nos estamos hablando princess TKm :)

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  3. Qué historia hermosa. Hacía mucho que no pasaba por estos lados, hacía mucho que no actualizaba mi blog.

    Muy linda la historia, un abrazo enorme .-

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Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer(paulo cohelo) y a eso le sumo estarias dispuesto a cambiar de rumbo por unos minutos